miércoles, 15 de febrero de 2012

SALUDO AL SOL

El saludo al sol procede le la mitología hindú, donde el sol es adorado como símbolo de salud e inmortalidad. Tradicionalmente se realizada al amanecer, de cara al sol naciente. 
Este ejercicio, si se hace lenta y conscientemente nos ayuda tanto a nivel físico como a nivel espiritual;

  • A nivel físico tonifica los músculos, y mejora el estiramiento y la capacidad aeróbica.
  • A nivel espiritual recarga el plexo solar (el sol interno), recargando nuestra energía vital. Además de calmar la mente.

Pero lo más importante del saludo al sol es que no es solamente un ejercicio físico, sino una oración con el cuerpo. Este ejercicio nos puede elevar espiritualmente cuando lo hacemos con esta actitud.


El saludo al sol es una secuencia de doce posiciones realizadas como un solo ejercicio continuo. Calienta el cuerpo preparándolo para las asanas. Cada posición es la contrapostura para la anterior, estirando el cuerpo de una forma diferente, expandiendo y contrayendo alternativamente el pecho para regular la respiración.
A continuación voy a detallar la secuencia de movimientos. La primera serie es con la pierna derecha, por eso me referiré a ella en la explicación. El Saludo al sol se completa después de hacerlo con las dos piernas. 
Lo ideal es comenzar haciendo cuatro series y con la practica ir subiendo hasta 12.

Es muy importante hacerlo lentamente en sincronización con nuestra respiración.








POSICIÓN INICIAL:  Párate derecho con la cabeza y el cuerpo erguidos pero relajados. Los pies están juntos y el peso del cuerpo recayendo en las plantas de los pies. Piernas y brazos rectos pero relajados a los lados del cuerpo. Inhala profundamente y comienza.
   


1. De pie con los pies juntos y las manos en posición de plegaria (no es la misma forma de juntar las manos que en el rezo cristiano, se unen solo las yemas de los dedos) a la altura del pecho. Asegúrate que tu peso este distribuido equilibradamente. Exhala.
   


2. Inhalando, estira los brazos hacia arriba y dóblate un poco hacia atrás desde la cintura, empujando las caderas hacia afuera, con las piernas estiradas. Relaja el cuello.
   


3. Exhalando, dóblate hacia adelante y apoya la palma de tus manos en el suelo, alineadas con los dedos de los pies, dobla las rodillas si es necesario.
   


4. Inhalando, lleva la pierna derecha hacia atrás y apoya la rodilla en el suelo. Arquéate hacia atrás y mira hacia arriba, levantando la barbilla.


5. Reteniendo la respiración, lleva la otra pierna hacia atrás y soporta tu peso con las manos y los dedos de los pies.


6. Exhalando, baja las rodillas, luego el cuello y finalmente la frente, manteniendo las caderas arriba y los dedos de los pies doblados hacia adentro. 


7. Inhalando, haz como si arrastraras tu cuerpo empezando por la cabeza, el pecho, baja las caderas, estira los dedos de los pies. Mantén las piernas juntas y los hombros bajos. Mira hacia arriba y atrás. Estira el cuello.


8. Exhalando, eleva tus caderas formando una « V » invertida. Trata de empujar tus talones y cabeza hacia el suelo y mantén tus hombros hacia atrás.


9. Inhalando, lleva el pie derecho entre tus manos. Descansa la otra rodilla en el suelo y mira hacia arriba, como en la posición 4.


10. Exhalando, lleva el otro pie hacia adelante y dóblate desde la cintura, manteniendo las palmas como en la posición 3.


11. Inhalando, estira tus manos hacia adelante, luego hacia arriba y detrás sobre tu cabeza, doblándote suavemente desde la cintura, como en la posición 1.


12. Exhalando, suavemente vuelve a la postura de pie y baja tus brazos al lado del cuerpo.


Es una muy buena práctica para despertarnos cada mañana y llenarnos de energía, a la vez que calmamos nuestra mente. Son sólo 5 - 10 minutos y se empieza el día de otra manera, os lo puedo asegurar.


Suerte. 


2012

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